Desde la concepción arquitectónica de los nuevos edificios hasta la adopción de la energía geotérmica para el conjunto del establecimiento, nuestra ambición consiste claramente en reducir el consumo de combustibles fósiles, dando así un paso decisivo hacia una huella de carbono mínima.

Con el fin de reducir el uso de papel, el establecimiento ha digitalizado la mayoría de sus servicios esenciales. Las reservas, confirmaciones, facturas y comunicaciones internas se hacen ahora electrónicamente. En un futuro, esta política «cero papel» debería también aplicarse a los folletos, los menús y demás información tradicionalmente impresa.

Una serie de dispositivos de ahorro permiten una mejor gestión y preservación del agua. Los jardines del hotel también han sido diseñados teniendo en cuenta estos objetivos: las especies plantadas, pertenecientes a la flora local, fueron seleccionadas por su bajo consumo de agua y su resistencia a las condiciones climáticas regionales. 

Aquama

Estas medidas se suman a un compromiso más amplio que abarca todo el establecimiento e incluye el uso de Aquama, una innovadora solución de limpieza que combina agua, sal y electricidad.

En la restauración, se priorizan los productos frescos, locales y ecológicos. La colaboración con productores y proveedores cercanos no solo son beneficiosos para la economía regional, sino también para reducir las emisiones de CO2 relacionadas con el transporte de mercancías.

En los cuartos de baño, los dispensadores y productos sólidos evitan el uso de plástico y han sido diseñados y elegidos para evitar cualquier tipo de despilfarro. 

Por último, en el aparcamiento hay 12 puntos de recarga eléctrica para que los clientes puedan recargar las baterías de su vehículo de forma autónoma.